sábado, 12 de junio de 2010

PEQUEÑO POEMA

No posee dirección,
al menos en línea recta.
Goza, sí, la bendición
de tener un corazón
que a los aires la proyecta.

Es tan frágil y es tan leve
que cuando vuela semeja
flor que se abre cuando llueve
o un suspiro que se atreve
y que al viento se empareja.



Lleva todos los colores
del iris y algunos más
que al roce de los fulgores
del sol, suscitan amores
como tú comprenderás.

Es brillante y es grandiosa
y engrandece la pasión
del clavel y de la rosa
por su forma caprichosa
que le otorga distinción.

Es así la mariposa
que sin una dirección,
se desplaza siempre airosa,
navegante temblorosa
emulando mi canción.

Heriberto Bravo Bravo SS.CC

BESO AMARGO



No sé de dónde vino la pena que me cargo
ni sé por qué tu beso tiene un sabor amargo.

No sé por qué ni cómo ni para qué ni cuándo
empezaría a amarte como te estoy amando.

Estoy desconcertado. De veras, me sorprendes.
Así como te apagas, así también te enciendes.

A veces eres fría y a veces tan caliente
que ya no sé cómo eres, pues cambias de repente.

De estar en las alturas desciendes al abismo
y mira, yo no cambio. Yo sigo siendo el mismo.

De ser alegre, tierna, sencilla, primorosa
de pronto estás tan triste, como una triste fosa.

No vivas del recuerdo ni vivas del olvido.
No te hagas tanto daño. Yo siempre te he querido.

Pareces nuestra luna que tiene cuatro fases;
pero en cuestión de cambios tú puedes darle clases.

Aún así te quiero. No importa cómo seas
y de lo que te digo, no todo me lo creas.

Seré tu amigo siempre tan invariablemente
por más que cada día tú seas diferente.

Serás mi niña siempre con tus metamorfosis
y en tanto a mi cariño le aumentaré la dosis.

Total, yo ya no quiero hacerte el cuento largo
por mucho que tu beso tenga un sabor amargo.

Heriberto Bravo Bravo SS.CC

LA FUERZA DEL AMOR

-Patrón: la muerte llama. Está a la puerta.
Oh...! dile que no estoy; que estoy dormido...
La muerte se marchó. Sucede a veces.
Y era verdad. El hombre aquel dormía.
Sigue durmiendo al cabo de los meses
y en el Panteón se pudre todavía...


-Patrón: La muerte llama. ¡Está a la puerta!
¡Oh...! dile que salí; que fui de viaje.
La muerte se marchó. No hizo coraje;
tan sólo se sonrió; pero aquel hombre
ya nunca regresó de aquel supuesto viaje
que inventara, porque hasta ahí llegó...



-Señor: la muerte llama. ¡Está tocando!
-¡Ah...! dile por favor que estoy amando.
La muerte se marchó. Siempre sucede.
Y era verdad. El hombre aquel amaba
y sigue amando al cabo de los años
de tal manera y con tan buena suerte
que no ha vuelto a buscarlo más la muerte...



Puede el hombre dormir, fingir que duerme;
pero esta dormición no lo hará fuerte,
pues si llega a encontrarlo así la muerte,
el hombre se hallará débil e inerme.


Puede escapar, salirse de sí mismo,
evadirse, fugarse, en fin, mentirse.
Lo mismo da que invente viajes a irse,
por no afrontar la vida a un hondo abismo.

Pero si el hombre vive y vive amando
y vive del amor y amor proclama,
la muerte se la vive amenazando,
pues si a alguno respeta es a quien ama...



Heriberto Bravo Bravo SS.CC